Aremi Lopez

orientación sexual

Rompiendo tabúes: la orientación sexual y el derecho a ser uno mismo

Cada persona tiene derecho a amar y a vivir su identidad sin miedo. Sin embargo, muchas veces la sociedad pone etiquetas que hieren y generan soledad. Hablar de orientación sexual no debería ser un motivo de juicio, sino una oportunidad de abrir el corazón, de comprender y de construir un mundo más humano.

Reconocer que la diversidad es parte de lo que somos como humanidad es un acto de valentía, de compasión y, sobre todo, de justicia. Cada vez que aprendemos a aceptar y respetar las diferencias, también aprendemos a aceptarnos a nosotros mismos. Y en ese espacio de respeto y libertad, florece la posibilidad de amar y vivir plenamente.

Tabla de contenido

¿Que es el tabú, y que tiene que ve con la sexalidad?

Un tabú es una prohibición cultural, social y religioso muy estricta que impide mencionar, tocar o realizar ciertas actividades, comportamientos, palabras o prácticas, considerándose que romperlo es una falta grave.

El miedo y lo prohibido a lo diferente ha acompañado a la humanidad durante siglos. Muchas culturas y creencias han impuesto la idea de que solo hay una manera “correcta” de amar o de formar pareja, que sería un hombre y una mujer (heterosexual), y todo lo que se encuentre fuera de este círculo es malo, es del diablo o una enfermedad. Ese miedo a la aceptación se transformó en silencio, prejuicio y, con el tiempo, en un tabú que sigue pesando en la vida de muchas personas.

Considero que, el tabú no debería existir porque amar no daña, al contrario: construye, sana y nos conecta. La diversidad no resta, sino multiplica. Es cierto y entendible que a muchas familias los hiere, y no saben cómo aceptarlo, es por ello, que es impredecible buscar ayuda psicológica que ayude a la familia a entender por lo que su hijo o hija está pasando. No es de humanos pedir ayuda.

Ojo: No busques ayuda religiosa, no es el camino, muchos te dirán que es algo curable y no es así. Para buscar consejos o temas de meditación es perfecto, pero para tratar temas de esta índole, no es la mejor opción. Visita este enlace y consigue ayuda.

El mito de la “enfermedad”

Durante años se ha pensado erróneamente que las diferencias sexuales son una especie de “enfermedad” que puede curarse. Esta creencia nació de información equivocada heredada de generaciones pasadas y reforzada por instituciones que clasificaban lo diferente como algo malo. La realidad es otra: la ciencia y la psicología han demostrado que la orientación sexual no se elige, no es un error y mucho menos necesita cura. Lo que realmente enferma es la discriminación, el rechazo, la falta de educación y la falta de amor.

El impacto de la aceptación en la sociedad

Cuando alguien se no se siente aceptado tal como es, hay una causa y un efecto negativo, la persona no es feliz, cae en depresión, también hay presión para que busque una pareja aunque él o ella no lo quiera, la baja autoestima y el tener que esconder sus sentimientos por miedo al qué dirán, al odio en la familia (homofobia), todo esto se hace un problema constante.

Pero qué pasa cuando hay una causa y un efecto positivo? En el mejor de los casos, la familia acepta a la persona tal y como es, no existen mal entendidos, entonces, sucede algo extraordinario, esa persona florece: desarrolla una seguridad impresionante, su amor propio se expande, es feliz, y aumenta su capacidad de ser y entender desde su autenticidad. Y al final, todos ganamos. Una comunidad diversa y respetuosa no solo ayuda a quienes son parte de ella, sino que eleva la humanidad entera.

Cómo ayudar a descubrir nuestro yo verdadero

La mejor manera de acompañar a alguien en su proceso es con escucha y sin juicios. Crear espacios seguros donde se pueda hablar con confianza, educar desde temprana edad y, sobre todo, recordar que nadie tiene que encajar en moldes ajenos, porque lo importante es aprender a ser auténtico.

Aprender a escuchar y entender que no podemos cambiar la forma de ser de una persona, por mucho que lo intentemos, es fundamental. A veces, se recurre a la violencia o a métodos antiguos que intentan "curar", pero en realidad, lo único que se necesita es comprensión y cariño. Escuchar con empatía es una forma mucho más sana de acompañar y caminar de la mano con las personas que amamos.

Hoy en día, existen muchas formas de educar nuestro pensamiento, de comprender y aprender. Años atrás no existía el internet ni los dispositivos digitales, por lo que era entendible cierta falta de información y educación. Sin embargo, ahora estamos constantemente expuestos a datos y conocimientos, y aun así, muchas personas siguen aferradas a ideas discriminatorias. Amar a una persona del mismo sexo o ser transgénero no es algo malo; la orientación sexual es, simplemente, una de las muchas formas en que los seres humanos experimentamos el amor, la intimidad y el afecto.

Seamos mejores personas

Aceptar y abrazar la diversidad nos hace crecer. Nos invita a practicar la empatía, a respetar lo que no entendemos y a mirar a las personas por su calidad humana, no por a quién aman. Una sociedad que respeta se convierte en una sociedad más justa y libre. Sin temores ni resentimientos.

Conozco a personas que tienen diferentes gustos, y eso no los hace malas personas, al contrario, son personas increíbles, que no imaginas nada si no convives con ellos sin tabúes ni prejuicios. Debemos darle la oportunidad a esas personas de que expresen libremente, porque también tienen el derecho de amar y sentirse amados, y nosotros debemos respetar amablemente esa forma de amar sin ninguna condición.

💜 En conclusión:

Durante demasiado tiempo, muchas personas han tenido que ocultar quiénes son por miedo al rechazo, al juicio o incluso a la violencia. Se les ha hecho sentir que amar de una forma distinta, es algo que debe esconderse o cambiarse. Pero ya no podemos permitir que el miedo siga dictando las reglas.

Es momento de alzar la voz por quienes aún no pueden hacerlo, de abrazar la diversidad como un acto de amor y resistencia, y de reconocer que cada identidad es valiosa, digna y necesaria. Romper los tabúes no es solo una lucha individual, es un compromiso colectivo por un mundo más justo, libre y humano. Porque la orientación sexual no debería ser vista como un problema a resolver, sino como parte de la riqueza de ser humanos. Lo único que realmente necesita cura es la intolerancia.